La salud física y mental van de la mano: la una afecta a la otra, es por eso que la mente tendría que merecer la misma atención que cualquier enfermedad física. La salud mental es un aspecto que se ha menospreciado por la sociedad actual, llevamos años escuchando y debatiendo sobre la importancia de la salud mental, tema que, con la apertura de grandes figuras públicas y con la llegada de la pandemia, se ha convertido en un reto inamovible que afrontar.
Con la llegada de la pandemia, el mexicano y sus familias se enfrentaron a un reto para el que nadie se encontraba listo: la ansiedad, el miedo, el estrés y la incertidumbre se hicieron presentes dentro del hogar. Si bien las diferentes problemáticas en la salud mental ya se estaban haciendo presentes en la población, ahora los impactos más profundos serán en las niñas, niños y adolescentes, siendo ellos los más vulnerables de sufrir casos de ansiedad, estrés y depresión
En algunos países como Italia y España las familias reportan cambios en los comportamientos de los estudiantes, entre ellos la afectación en la concentración, irritabilidad y falta de descanso, nerviosismo y soledad.
Aquí en México, la desigualdad afectará en mayor medida a los más de 10 millones de estudiantes de familias con baja escolaridad y trabajos dentro de la informalidad. A esto se le suman las experiencias de desempleo, pobreza, violencia doméstica, estrés y el riesgo de muerte o enfermedad por Covid-19 que afectan de manera importante el bienestar y la salud mental de los estudiantes y los que habitan con ellos. Esto no solo los afectará hoy, si no que serán cuestiones que arrastrarán hacía el futuro a tal grado que se prevé que la depresión será la segunda causa de mortalidad prematura y de discapacidad en el mundo en el 2021.
En los últimos 10 años la tasa de suicidios en México pasó de 3 a 5.2 por cada 100 mil habitantes, siendo la población de los 20 años la más afectada y debido a la pandemia, los casos de suicidio podrían aumentar un 20%.
La situación de la salud mental también ha sido visible gracias a personajes de otros ámbitos, como lo es el caso de Naomi Osaka, Michael Phelps y recientemente Simone Biles, entre otros deportistas élite que han levantado la voz en favor de su bienestar psicológico, abriendo la oportunidad de romper mitos sobre un tema minimizado.
Simone Biles, la gimnasta estadounidense de 24 años, cuatro veces medallista de oro olímpica y quien en los Juegos de Tokio captó las miradas y reactivó la conversación, al retirarse de dos eventos finales, con el objetivo de favorecer su salud mental.
Si bien las figuras públicas que alzan la voz a favor de la salud mental y la llegada del Covid-19 puso con más fuerza sobre la mesa el tema de la salud mental y el estado anímico de las personas, ¿cuánta relevancia deberían de darle las empresas y las marcas el tema de la salud mental? ¿En verdad tendrían que tomarlo en cuenta?
La realidad es que la pandemia vino a modificar algunos comportamientos y a acelerar tendencias que ya venían desarrollándose. Ha dejado consumidores más emocionales, más exigentes y conscientes con los valores de las marcas.
Alrededor del 50% de los consumidores de entre 18 y 24 años informaron que han cambiado su enfoque de la salud mental y su manera de ver las marcas, las marcas han enfocada acciones y su comunicación a una población estresada y han tenido que modificar la manera en la que se plantea el mensaje. Deben ser honestas con lo que son, pero con un toque más humano. Esto también ha significado un importante nicho para llegar a los consumidores, ya que la crisis sanitaria fuerza a las empresas a afinar la manera de acercarse a los clientes
Es realmente vital para las empresas voltear a ver esta problemática y la situación actual de las personas para actuar de una manera empática y de esa forma poder generar una conexión más fuerte.
Varias marcas ya han volteado a ver esta situación y han creado mensajes o productos enfocados a este nicho. Un ejemplo es HBO que, en julio de 2020 estrenó el documental The Weight of Gold (El Peso del Oro), producido y narrado por Michael Phelps, quien habla abiertamente sobre sus episodios de depresión y pensamientos suicidas y deja en evidencia cómo otros atletas olímpicos se han quitado la vida tras el enorme peso de sus triunfos deportivos.
Tenemos que estar atentos a las tendencias y los comportamientos actuales para prever y actuar en consecuencia, si los clientes cambian, ¿nosotros qué vamos a hacer al respecto?
Raúl Jiménez
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