La comunidad gamer como mercado potencial para el desarrollo de productos

Cuando hablamos de la industria del entretenimiento es muy común que pensemos en toda la oferta que el cine y la música nos entregan día con día. Sin embargo, hay un segmento ganador en el entretenimiento que nada tienen que ver con Netflix, nos referimos a los videojuegos.

De acuerdo con estudios realizados por Newzoo, el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y Competitive Intelligence Unit (TheCIU), México se encuentra posicionado actualmente como líder de la industria del gaming en Latinoamérica, valuada en 1,500 millones de dólares y con poco más de 72 millones de gamers, lo que representa ¡más de la mitad de la población total del país!

Para quien aún cree que los videojuegos solo son un producto para niños, de la cifra mencionada anteriormente, aproximadamente 31 millones corresponden a menores de 20 años y el resto se distribuye en las edades mayores, siendo claro que el 68% de las personas entre los 21 y 40 años se consideran como gamers al jugar en cualquier dispositivo: consolas, computadoras, smartphones, tabletas, entre otros.

Independientemente de la edad, los videojuegos no son solo otra forma de entretenimiento para las personas, se han convertido en un estilo de vida y un generador de relaciones personales. Ya no es raro escuchar que los mejores amigos —o incluso parejas— se conocieron en las largas sesiones de juego que llegaron a tener en línea.

Los videojuegos rompen todo tipo de barreras: de edades, de sexo, de distancias, de idiomas y de timidez, todo esto gracias a la interacción a través de personajes que buscan objetivos comunes en el juego y objetivos personales en su vida real: diversión, distracción, entretenimiento, entre otros.

El poder del gaming no recae solo en la posibilidad de romper barreras, va más allá y consigue crear comunidades de personas muy diferentes entre sí, pero con un común comportamiento de consumo a través del juego.

En su significado más básico, el sentido de pertenencia a estas comunidades suele verse reflejado en ropa o accesorios que les identifican como parte de ellas: camisas o mochilas con estampados de sus juegos favoritos, peluches de personajes reconocidos, stickers en sus computadoras, por mencionar solo algunos.

Este tipo de artículos los identifican como parte de la comunidad gamer, pero no son exclusivos de la industria de los videojuegos pues también los encontramos en la industria del cine y la música. Sin embargo, fue el primer paso para la elaboración de productos gamer exclusivos para quien así se identifica.

La aparición de colores en el mouse, a mediados de la primera década del 2000, fue el inicio de la creación de un extenso catálogo de productos para gamers. Productos que, en teoría, mejoran el rendimiento del juego y el jugador, perfeccionan los efectos tanto auditivos como visuales, potencializan sus habilidades con la mejor tecnología, proveen comodidad durante las largas sesiones de juego y, en general, permiten una experiencia realmente diferente y mucho más inmersiva.

Este mercado, que comenzó como un nicho infantil, se ha visto cobijado por una serie de productos pensados exclusivamente para ellos y que se encuentra en crecimiento económico a pasos agigantados.

Ahora podemos encontrar una basta oferta de productos especializados que van desde tarjetas gráficas, procesadores, headsets completos, artículos con leds de colores, computadoras portátiles con diseños galácticos, sujeta cables para evitar que se enreden y estorben, monitores con alta resolución, sillas e incluso comienza a aparecer la gamer food: bebidas y snacks destinados a dar un shot de energía y nutrición para las largas horas de juego.

El gaming room o espacio de juego ya no solo se limita a consolas, equipos y productos periféricos, sigue rompiendo barreras e incluye ahora decoración, vestimenta, comida y cualquier producto o servicio que tenga cabida en el comportamiento gamer, segmento que como hemos visto representa un importante tamaño y derrame económico en el mercado.

Según un reciente reporte de MediaCom, el 89% de gamers, comparado con el consumidor promedio, tiene además una alta disposición a extender y/o complementar su espacio con otras categorías de hasta un 30% adicional. ¡Qué perfil tan ávido de productos y servicios personalizados tenemos por explorar!

Quienes ya han aprovechado este mercado son empresas del sector automovilístico con la creación de sillas gaming, de tecnología, con la creación de chalecos que reproducen sensaciones físicas o de zapatos, como Puma Active Gaming Footwear con sus pantuflas futuristas.

Cada vez son más las marcas que han sabido aprovechar este crecimiento gamer a través de alianzas, creaciones exclusivas para los jugadores y todo lo que pueda ser posible desde la industria que representan. Por ejemplo, Mondelēz México buscó introducirse al mundo gamer con la creación de un torneo que ya cuenta con dos ediciones entre los jugadores mexicanos.

Sea cual sea el giro de la empresa que quiere destinar sus esfuerzos al mercado gamer es importante que considere que los jugadores son un mercado que investiga, compara y analiza a profundidad lo que desea comprar, por lo que se debe ser muy preciso con la información brindada. Además, son navegadores cibernautas por excelencia, por lo que la presencia en internet es crucial para llamar su atención y generar confianza con contenidos detallados, reseñas, videos e imágenes de calidad. Todo esto dentro de su zona de libertad, su comunidad.

 

Aida Durán